Si algo le faltaba al peronismo para cerrar un año complicadocon una derrota más sonora de lo esperado en las legislativas de octubre y desgajamientos en el Congreso, era una Pelea al cielo abierto entre dos sectores referenciados en Cristina Kirchnerla ex presidenta con prisión domiciliaria y convaleciente luego de una operación por apendicitis aguda. Las escaramuzas entre Juan Grabois y La Cámpora generaron suspicacias y los coletazos llegaron incluso a Axel Kicillof, acusado de fogonear la disputa.
La saga arrancó en Quilmes, el municipio controlado por Mayra Mendoza -aun cuando tomó licencia para asumir como diputada provincial-, con la protesta de los llamados “trapitos” contra una ordenanza que aprobó el Concejo Deliberante para regular la actividad. Hubo enfrentamientos entre integrantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos y efectivos de la Policía bonaerense. Grabois cuestionó lo que demostró un “bordaje represivo y cruel” y Mendoza replicó que los manifestantes habían ido “un mameluco todo”.
Al día siguiente cooperativistas reclamaron frente a la municipalidad de Lanúsgobernada por el camporista Julián Alvarez, por aumento del salario, la continuidad de los convenios laborales, un bono de fin de año y productos navideños. Grabois en este caso tomó distancia, aunque desde la organización liderada por Máximo Kirchner remarcaron que hubo miembros de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), además del Movimiento Evita.
“Cuando pasó lo Quilmes pudimos entender que querían quedarse con un negocio y fueron a romper todo para frenar la licitación pública, pero después van a Lanús, otro municipio que nos gobernamos. Está claro que buscan un escenario de conflicto«, descontaron en La Cámpora. «La UTEP es un sindicato, como si habláramos de la CGT. Una cosa es el MTE, otro el resto de las organizaciones. Ahí no tuvimos nada que ver”, insistieron en despegarse del lado de Grabois.
El diputado se ubicaba cerca de Cristina Kirchner, a quien defendió como abogada -hace unas semanas la ex presidenta lo sumó a la causa por el Memorándum con Irán-, aunque a la vez buscaba hacer equilibrio en la interna Con Kicillof. Antes de quedar tercero en la lista de la provincia de Buenos Aires, había amagado con presentar boleta propia.
“Ellos (por La Cámpora) quieren que Cristina se pelee con todo el mundo, como hicieron con Axel, pero la posición de Juan no va a cambiar por lo que haga Mayra”diferenciaron cerca de Grabois, y le adjudicaron a Mendoza la escalada de la pelea: «Pedimos una mesa de diálogo y ella no quiso. Rompió una barrera al llevar a la política un conflicto local entre el municipio y una cooperativa de cuidacoches”.
A su vez, luego de la protesta en Lanús desde el kirchnerismo señalaron como uno de los instigadores al ex concejal de ese distrito Agustín Balladares, del Movimiento Evita, integrante del Movimiento Derecho al Futuro (MDF). Balladares había asistido el día anterior al plenario del espacio liderado por Kicillof en Ensenada. Paraca apuntarle al gobernadoren La Cámpora también hicieron notar que Grabois cargó contra Mendoza y no contra el mandatario por la represión de la Policía bonaerense en Quilmes.
“Qué ridículos”descartaron cualquier injerencia de Kicillof en el conflicto en la sede de la administración provincial de la calle 6. “Lo único que tenemos para responder es gestión, como la entrega de viviendas en Tandil y Ayacucho, y la construcción de una alternativa federal. Nada nos mueve de ahí”procuró salir de la controversia un integrante del Gabinete, y recordó que Grabois llegó a la lista de diputados nacionales por instrucción de Cristina Kirchner.
“La interna entre La Cámpora y el MDF me el paso por las bolas, pero cuando la soberbia política deriva en la clausura del diálogo social en un contexto de hambruna se cruza una línea roja: pegarles a los laburantes dos días antes de Navidad es de garca lo haga quién lo haga”, había dicho Grabois luego del enfrentamiento en Quilmes.
“Realmente me cuesta creer que los dos tenemos los mismos intereses y respondemos a la misma conducción. A veces dudo de cuál es tu conducción y qué es lo que verdaderamente representarás”, le dedicó Mendoza. “Siempre juega la suya y gana de los dos lados”le pasó factura desde el kirchnerismo.
«Juan no hace lo que dice Cristina, ¿alguien puede creer que haga lo que dice Axel? El problema es que no pueden pensar fuera de la interna».”, replicaron en el campamento de Grabois. El episodio potenció la inquietud que ya tenían los referentes parlamentarios de Unión por la Patria sobre cómo será la convivencia en el bloque de diputados.
