«Estoy tratando de explicar a los chinos que su superávit comercial es insostenible y que están matando a sus propios clientes, principalmente al no importar mucho de nosotros», dijo el líder francés.
Existe un desequilibrio similar entre los 232.000 millones de euros de inversión de Europa en China (el valor total de las inversiones de cartera y la IED acumuladas) y los 65.000 millones de euros de China en Europa, según datos de 2023.
«Reconocemos que son muy buenos en algunas áreas. Pero no podemos importar constantemente», dijo Macron. «Las empresas chinas tienen que venir a Europa, al igual que EDF y Airbus fueron anteriormente a China, y crear valor y oportunidades para Europa».
Sin embargo, añadió que «las inversiones chinas en Europa no deben ser predatorias, es decir, en pos de la hegemonía y la creación de dependencias».
Francia asumirá la presidencia en 2026 del grupo G7 de las principales economías avanzadas el 1 de enero y será sede de la cumbre del G7 en Evian, Francia, en junio. Bloomberg informó el mes pasado que Macron está considerando invitar al presidente chino Xi Jinping a la cumbre y tiene la intención de utilizar su presidencia para restaurar el G7 a su antigua posición global.
Macron advirtió en la entrevista de Les Echos que Europa podría verse obligada a imponer aranceles aduaneros a las importaciones chinas, como lo hizo Estados Unidos bajo Donald Trump, y acusó a Beijing de «golpear el corazón del modelo industrial y de innovación de Europa».
Pero en lugar de más confrontación, el presidente francés propuso una tregua con Beijing: «el desmantelamiento mutuo de nuestras políticas agresivas, como las restricciones a la exportación de máquinas semiconductoras del lado europeo y las limitaciones a la exportación de tierras raras del lado chino».




