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La inteligencia artificial (IA) mantiene su puesto de honor en las listas de predicciones un año más. Su presencia se ha ido extendiendo por las compañías durante los últimos meses y no desaparecerá en 2026.
Pero el futuro podría ser exigente. SAS, cree que será “un ejercicio de rendición de cuentas en el que líderes y responsables clave del ecosistema de IA serán sometidos a un mayor escrutinio para materializar el retorno de la inversión y abordar de forma directa los retos éticos y económicos”.
En este sentido, señala que “es momento de que proveedores y las organizaciones que usan esta tecnología asuman responsabilidades” respecto a los proyectos lanzados y la consecución de objetivos.
Y cree que “adoptar los fundamentos de la gestión de datos y de una IA confiable es la vía para que esta tecnología alcance su madurez y despliegue plenamente su potencial, beneficiando a las personas, fortaleciendo a las organizaciones y acelerando la innovación”.
Bryan Harris, CTO de SAS, ratificó que ya no vale con limitarse a justificar inversiones en base a la innovación. Cada vez cobra más peso la obtención de mejoras tangibles, incluyendo ahorro real e incremento de los ingresos, para seguir adelante con las iniciativas de IA.
Además, en 2026 arrancará una nueva fase en la que “los agentes de IA dejan de ser herramientas para convertirse en compañeros de equipo”capaces de actuar de forma autónoma.
Esto implica que las empresas se llenarán de equipos mixtos, compuestos por personas y sistemas inteligentes.
Si todo va según lo previsto, los miembros de la lista Fortune 500 reportarán a finales de año sistemas basados en agentes que resuelven por su cuenta más de una cuarta parte de las interacciones con clientes que implican varios pasos.
Así se crearán perfiles como los de responsable de observabilidad de agentes (Agente SRE). También habrá directivos al frente de estas cuestiones (Oficial jefe de agentes).
Harris dice que los líderes tendrán dos opciones: usar la IA para eliminar puestos de trabajo o para empoderar a las personas, generando una ventaja competitiva.
La parte negativa de la expansión de los sistemas autónomos, de acuerdo con las previsiones de SAS, es que se producirá un primer gran incidente de indisponibilidad de agentes.
Durante 2026 cobrarán pesos los datos sinteticos como arma frente a problemas de privacidad y cumplimiento. SAS visualiza un año en el que las empresas competirán por los datos multimodales del mundo real y las posibilidades de creación.
Otra área de interés es la computación cuántica. Este año parece que se producirá un salto desde el combo de hardware y criptografía poscuántica al del software y las aplicaciones. También se espera un impulso en la contratación de expertos internos.
“Las compañías que midan su IA por resultados fortalezcan su gobernanza, apuesten por equipos mixtos de personas y agentes y adopten datos sintéticos y arquitecturas cuánticas con rigor”, resumen desde SAS, “serán las que convertirán la promesa tecnológica en ventajas competitivas tangibles”.




