el desfile de Victoria's Secret este año fue algo que no pasó desapercibido, a quien sí ignoró la compañía fue a Bianca Balti. Y es que aunque la pasarela que incluyó a celebridades como Barbie Ferreira, Bella y Gigi Hadidfue un éxito, también fue el lugar perfecto para criticar la hipocresía de la industria de la moda.
Victoria's Secret puede presumir “nueva era”, pero cuando Bianca Balti pidió volver a la pasarela para mostrar que la belleza también existe en los cuerpos que luchan y sobreviven… la marca le cerró la puerta. Y duele, porque estamos hablando de una mujer que fue Angel en 2005 y que hoy solo buscaba darle un significado diferente a lo que alguna vez representó.
La dolorosa batalla de Bianca Balti y cómo Victoria's Secret le cerró las puertas
Lo que más indignó a internet no fue solo el “no”, sino la contradicción. Victoria's Secret se vende como una marca renovada, “más inclusiva” y “más real”, pero cuando se trata de una mujer con 41 años, madre, sobreviviente de cáncer y sin el cuerpo perfecto de catálogo… de pronto esos discursos desaparecen.
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Mientras otros modelos e influencers con narrativas “estéticas” sí fueron invitadas, Bianca —con una historia real, cruda y profundamente humana— fue descartada. Para muchos usuarios esto fue la prueba definitiva de que la inclusión de la industria es selectiva: aceptan diversidad, pero solo la que se ve bonita y sin incomodarte demasiado.
Bianca Balti fue diagnosticada con cáncer de ovario en septiembre de 2024. El diagnostico llego con una cirugia de emergencia, la extirpacion de sus ovarios y, poco después, la noticia de la metástasis pulmonar. Aun así, ella quiso volver a la pasarela no por ego ni nostalgia, sino como un acto de resistencia y de amor propio:
“No soy la más joven ni la más sexy, pero soy fuerte, valiente y estoy viva”.
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En su carta también habló de lo que ha cargado desde hace años: una violación en su adolescencia, adicciones, miedo constante a perder la vida y al mismo tiempo la fuerza de seguir por sus hijas. Su regreso tenía un propósito simbólico, uno que podría haber hecho historia… pero Victoria's Secret no lo quiso.
Lo que pasó con Bianca Balti no es solo un rechazo individual: es un recordatorio de que la moda todavía tiene miedo de la realidad. Prefiere la narrativa fácil del “empoderamiento bonito” antes que las cicatrices verdaderas.
Bianca Balti no solo sigue viva: sigue siendo una mujer que se sostiene sobre su propio cuerpo, aunque haya sido atravesado por la enfermedad, el dolor y la transformación. Y aunque la pasarela la haya rechazado, el mundo que la escuchó no. Internet ya hizo lo suyo: la validó, la acompañó y la convirtió en símbolo… incluso fuera de las alas.




