Cuando OpenAI anunció sus nuevas capacidades de búsqueda de compras, tomé la noticia con cautela (quizás con toda la coctelera).
Durante la última década, hemos observado la lenta evolución de los motores de búsqueda tradicionales. Lo que comenzó como herramientas para el descubrimiento de información pura se transformó gradualmente en ecosistemas dominados por contenido optimizado para SEO y resultados patrocinados. Mi temor inicial con la actualización de ChatGPT era simple: ¿estamos viendo el comienzo de un cambio similar? ¿La pureza del “motor del razonamiento” está siendo diluida por la necesidad del comercio?
Después de probar la nueva integración de compras, los resultados sugieren que estamos en un momento crucial en la experiencia del usuario de la IA generativa, un momento que requiere una discusión abierta sobre lo que realmente queremos que sean estas herramientas.
La paradoja del “vacío”
La característica definitoria de los modelos de lenguaje grande (LLM) es su capacidad para manejar matices. Cuando interactuamos con ChatGPT, esperamos un diálogo socrático. Esperamos que la IA haga preguntas aclaratorias para limitar nuestra intención.
Para probar esto, ingresé un mensaje simple: «Quiero comprar una aspiradora».
Anticipé una conversación, preguntas sobre los metros cuadrados de mi casa, mi tipo de piso o mi presupuesto. En cambio, el matiz conversacional fue reemplazado por una pantalla que resultaba familiar: una cuadrícula de fotografías de productos, nombres, precios y enlaces directos a minoristas.


Si bien fue eficiente, esta experiencia se sintió como una regresión. Reflejaba la experiencia de “búsqueda de palabras clave” de la Web 2.0 en lugar de la promesa “basada en la intención” de GenAI. Respondió a mi mensaje, pero eliminó la inteligencia.
Cuando la “investigación” se convierte en un filtro
Al desplazarme hacia abajo, interactué con la nueva función en un llamado a la acción: «Investigue las mejores aspiradoras».
Aquí es donde la fricción en la experiencia del usuario (UX) se hizo más evidente. En lugar de sintetizar datos o comparar especificaciones técnicas en formato de chat, la herramienta presentó una interfaz de encuesta diseñada para filtrar resultados.


La experiencia es extrañamente urgente; Si haces una pausa demasiado larga para pensar o beber agua, las pantallas avanzarán y volverás a una lista de tarjetas de productos.
La interfaz presenta productos con una opción binaria: «Más como este» o «No me interesa». Ofrece marcas y etiquetas de precios, pero prácticamente no hay información que ayude al usuario a tomar una decisión.


Para un usuario que busca una investigación genuina, recibir una lista de marcas y precios sin un análisis comparativo profundo parece una oportunidad perdida.
Surge una pregunta: si quisiera filtrar productos por precio y marca, ¿no utilizaría un minorista tradicional? La propuesta de valor de la Generación AI debe ser la síntesis, no solo la agregación.
La tensión entre razonamiento e ingresos
Esta actualización destaca la tensión inevitable que enfrentan las principales empresas de IA: el equilibrio entre la utilidad para el usuario y la sostenibilidad empresarial.
A medida que OpenAI crece, la presión para demostrar modelos de ingresos a los inversores es natural. Sin embargo, existe un riesgo al priorizar las características transaccionales antes de que el producto principal, el razonamiento y la lógica, estén completamente maduros. Al introducir una experiencia de compra que se parece más a un motor de “clics” que a un motor de “conocimiento”, la plataforma corre el riesgo de desdibujar su propia identidad.
¿ChatGPT es un socio de investigación que me ayuda a pensar? ¿O es un asistente de compras que intenta acelerarme para que pague?
Un llamado a las compras “inteligentes”
Para ser claros, creo que hay un lugar para comprar dentro de la IA. Pero la ejecución importa.
Una experiencia de compra verdaderamente generada por IA no debería limitarse a enumerar productos; debe entender al usuario. Debe leerse entre líneas en un mensaje para comprender que un usuario que solicita una aspiradora podría en realidad estar resolviendo un problema relacionado con el pelo de las mascotas o las alergias.
La iteración actual parece una prueba beta de un modelo de negocio más que una evolución de la inteligencia. A medida que avanzamos, la esperanza es que OpenAI perfeccione esta herramienta para priorizar el «Chat» sobre la transacción. No queremos que sea un lugar más para ver anuncios. Necesitamos una mejor manera de tomar decisiones.
Sobre el autor
Viviane Mendes es estratega de crecimiento y líder en innovación con más de 20 años de experiencia impulsando la transformación basada en la tecnología en los mercados globales. Ha liderado iniciativas que integran estrategias impulsadas por IA, transformación digital e innovación empresarial escalable para empresas como PSINet, MP3.com, Match.com, UOL y Best Buy Canada, y fundó Vitrinepix, una de las primeras plataformas de comercio electrónico de impresión bajo demanda, posteriormente adquirida por Spreadshirt. Comprometida con el aprendizaje permanente, Viviane ahora se centra en aplicar tecnologías emergentes para fomentar la alfabetización digital, la adopción responsable de la IA y el impacto humano positivo.




