
El martes 4 de febrero, apenas dos semanas después de su segundo mandato, el presidente Donald Trump recibió al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Con motivo de su primera reunión oficial en Washington con un líder extranjero desde que regresó a la Casa Blanca, el presidente tomó varias acciones decisivas que deberían no haber sorprendido a nadie: retiró a los Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU; Terminó fondos para UNRWA; Y restableció la campaña de máxima presión de las sanciones iraníes que, en su primer mandato, lideró el ex secretario de Estado Mike Pompeo.




