En el noreste del Ática, apenas media hora del centro de Atenas, y tras atravesar un frondoso bosque mediterráneo, llegamos a las canteras de Dionisio. Allí nos espera Hennes Alt, el miembro más joven de la dinastía que, desde 1877, gestiona la extracción. … del célebre mármol pentélico.
Zigzagueando entre decenas de enormes bloques de mármol blanco, accedemos a las instalaciones donde la piedra se corta y prepara para su comercialización como material para edificios y espacios públicos y en viviendas particulares: «De nuestras canteras ha salido el 80% del mármol pentélico. Por eso, desde décadas, al mármol pentélico se le llama mármol de Dióniso», dice con orgullo.
En el exterior, un ensordecedor ruido delata que el molino trabaja a pleno rendimiento: «Tenemos una política de residuo cero, y aprovechamos cada fragmento de mármol. Su polvo se usa para elaborar mortero, otros materiales de construcción e incluso pienso para animales, cosméticos y como aditivo para algunos medicamentos», explica Alt.
A pocos metros de allí se encuentra la zona de extracción: un impresionante muro liso y blanco resplandece bajo los tímidos rayos del sol invernal. La escala de las terrazas, dispuestas en niveles que recuerdan a un anfiteatro para titanes, hacen que la maquinaria pesada y los operarios se vean como diminutos puntos en el paisaje.
Mármol único
La palabra mármol deriva del verbo brillar. Ese resplandor dorado es precisamente lo que hace único al mármol del Pentélico, estrechamente ligado a la historia de Grecia y a la construcción del símbolo de la democracia: la Acrópolis de Atenas. Aunque han pasado más de 2.500 años desde la edificación de este monumento patrimonio de la humanidad en la cantera. «el mármol sigue teniendo la misma composición, textura y propiedades que el de entonces»asegura Alt.
Además del brillo, el mármol pentélico destaca por su dureza y calidad. Compuesto en un 98 % por calcita, se forma hace millones de años. «Es uno de los mármoles más blancos que existen y su resistencia ha permitido que los monumentos de la Acrópolis sigan en pie después de 2.500 años, pese a guerras, terremotos y contaminación».
A finales del siglo XIX, la familia de alt Reactivó la abandonada cantera de la ladera norte del Pentélico. Con el mármol se construyeron a principios del siglo pasado las aceras del centro de Londres, la reconstrucción completa de la Stoa de Atalo, la Academia de Atenas y, más recientemente, el Centro Cultural Stavros Niarchos. Además se emplea en la restauración de monumentos antiguos, como el Partenón, el teatro de Epidauro, las columnas del templo de Zeus Olímpico o los templos del Santuario de Eleusis. «De aquí también ha salido el mármol para hacer las copias de los `Mármoles de Elgin´ para Londres», explica.
Restauración de la Acrópolis
Desde la década de 1970, las canteras de Dióniso colaboran estrechamente con el Ministerio de Cultura en la restauración de los monumentos de la Acrópolis. Este mármol nuevo, «fresco», se utiliza para recuperar elementos arquitectónicos perdidos. Con él se hizo también la copia de los frisos del Partenón. «Ellos nos envían las dimensiones y características necesarias, y nosotros buscamos entre los bloques almacenados o realizamos la extracción adecuada. Luego, un funcionario verifica las piezas antes de que sean rematadas en el taller de la cima de la Acrópolis y colocadas en el monumento».
«Es uno de los mármoles más blancos que existen y su resistencia ha permitido que los monumentos de la Acrópolis sigan en pie después de 2.500 años, pese a guerras, terremotos y contaminación», presume la familia de Alt
El joven asegura sentir «orgullo» cada vez que visita alguno de los monumentos antiguos que han sido restaurados con el mármol de Dióniso. Sin embargo, reconoce sentir una enorme responsabilidad porque es la única explotación activa en el Pentélico: «si no conseguimos mantener la cantera en funcionamiento, no se podrá realizar la restauración de la Acrópolis. Solo de aquí se puede extraer mármol pentélico».
segunda vida
Desde hace una década, la zona de extracción acoge eventos culturales y corporativos que «mantienen vivo» el lugar. Según explica Alt, la iniciativa no nace de una necesidad económica, sino de una voluntad de mostrar a la gente la cantera desde otra perspectiva, «como una auténtica escultura paisajística y no como una cicatriz en la montaña». En un contexto en el que muchas canteras abandonadas en Grecia quedan condenadas al olvido, la de Atenas se abre al público a través de eventos culturales y corporativos: «Tenemos suerte de estar en Atenas, una ciudad con escasez de espacios para grandes eventos».
Los eventos de música y moda se cuelan en la gran cantera de Dionisio.
Aunque la extracción se realiza de forma vertical en la montaña, el impacto ambiental es irreversible. «Somos conscientes de que, cuando termine la actividad, este lugar quedará muerto: no crecerá la vegetación ni lo habitarán animales. Por eso preferimos pensar en su segunda vida, en lugar de abandonarlo o intentar poner una tirita plantando unos pocos árboles que no formarán un bosque ni atraerán fauna». Entre las ideas que se plantearon figuraban usos como museo, hotel, escuela de diseño, parque temático o espacio para grandes eventos. «La empresa ha sido siempre un pilar del desarrollo regional: en el siglo pasado trajimos la electricidad a la zona y Construimos una línea de ferrocarril para transportar el mármol hasta el puerto de El Pireo. Los eventos nos conectan con la gente, que suele tener una imagen negativa de las canteras, y muestra que la cantera sigue en funcionamiento. Además, benefician a la comunidad local, al convertir la cantera en un activo que atrae turismo y revitaliza la región».
Alt destaca el valor singular del espacio y asegura que la monumentalidad de este paisaje «lunar» no deja indiferente a los visitantes. Además, la acústica exterior es excelente, «similar a la del teatro de Epidauro» mientras que el eco de las cuevas es ideal para proyectos más experimentales: «al final la cantera es como un estadio, con muros de mármol en lugar de cemento».
Desde 2015, la actividad cultural en la cantera no ha dejado de crecer. La pasada primavera, la firma COS presentó su colección primavera-verano en el interior de las cuevas, con invitados como Sharon Stone y Adrien Brody. Pocas semanas después se celebró el evento más multitudinario hasta la fecha: el espectáculo X del dúo suizo Adriatique. Ambos encuentros tuvieron gran repercusión internacional y marcaron un punto de inflexión. Desde entonces, las propuestas no han seguido llegando, y las célebres canteras italianas de Carrara han seguido los pasos de Dióniso, organizado eventos para marcas como Armani y Ferrari.




