Cyril Ramaphosa de Sudáfrica prestará juramento para un segundo mandato como presidente, a pesar de no haber conseguido una mayoría en el parlamento para su Congreso Nacional Africano (ANC) en las elecciones del mes pasado.
Los legisladores lo reeligieron para permanecer como presidente la semana pasada luego de un acuerdo para formar un gobierno de coalición entre el ANC, su antiguo rival Alianza Democrática (DA) y otros partidos.
El ANC, que ha gobernado desde el fin del apartheid en 1994, perdió su mayoría por primera vez después de que las elecciones del 29 de mayo no arrojaran un ganador absoluto.
A la ceremonia asistirán muchos dignatarios, incluidos varios jefes de Estado africanos.
La ceremonia, en un día que la presidencia considera un día laboral normal, incluye actuaciones musicales y artísticas, una salva de 21 disparos, sobrevuelos militares y una marcha de las fuerzas de defensa del país.
El partido uMkhonto weSizwe (MK), formado hace seis meses por el ex presidente Jacob Zuma, dice que sus funcionarios no participarán en la “farsa” inauguración.
El partido, que obtuvo el 15% de los votos y 58 escaños parlamentarios, también boicoteó la primera sesión del Parlamento el viernes pasado.
Ramaphosa ha mantenido la presidencia a pesar de que el voto del ANC cayó 17 puntos porcentuales y perdió 70 escaños en el parlamento.
Lo hizo a través de un acuerdo de poder compartido con el DA proempresarial, un rival histórico, y otros partidos.
El ANC obtuvo el 40% de los votos, mientras que el DA quedó en segundo lugar con el 22%.
La coalición es un movimiento hacia el centro político, porque los partidos disidentes populistas y de izquierda del ANC rechazaron la invitación a unirse a un gobierno de unidad nacional.
Se espera que Ramaphosa nombre un gabinete poco después de la toma de posesión, que incluirá a sus nuevos socios de coalición: el DA y otros tres partidos más pequeños. En conjunto, la coalición representa el 68% de los escaños del parlamento.
También se espera que el presidente establezca una agenda para rescatar la debilitada economía.
Bajo su gobierno, el desempeño económico ha seguido sufriendo en medio de cortes de energía, aumento de la delincuencia y desempleo.
Ramaphosa asumió la presidencia por primera vez en 2018, cuando su predecesor, Zuma, se vio obligado a dimitir debido a acusaciones de corrupción, que él negó.




