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Desde hace varios meses, en el Palacio de San Carlos –sede del Ministerio de Relaciones Exteriores– y en distintos sectores académicos, Crece la preocupación de que el gobierno de Gustavo Petro esté empujando al servicio diplomático hacia un marcado retroceso institucional.. La gota que rebalsó el vaso es el decreto que el Ejecutivo tiene listo para eliminar de un tajo los requisitos profesionales y académicos exigidos a cónsules y embajadores, los cargos más altos de la diplomacia colombiana.
La medida se sumaría a la eliminación, ya aprobada, del requisito de un segundo idioma de uso diplomático para estos cargos y se inscribe en la deteriorada relación del jefe de Estado con la carrera diplomáticaa la que no ha cumplido sus compromisos de campaña y que ha llegado a encasillar en términos de “oligarquía”, como si sus integrantes buscaran obstruir el rumbo que quiere darle a las relaciones internacionales.
Canciller Rosa Villavicencio Foto:Cancillería
Las últimas decisiones no son fruto de la improvisación, sino que se vienen diagramando desde hace tiempo en la Casa de Nariño. Desde hace más de un año, la representación de embajadores de carrera quedó estancada en torno al 30 por ciento, pese a que en campaña se prometió elevarla al 50. Por el contrario, a ocho meses de que termine el mandato, estas directrices llevan ya rato en el escritorio de la canciller.
«Lo he dicho ya hace dos meses: no debe haber requisitos para nombrar embajadores y embajadores de Colombia. Cualquier hijo de obrero puede ser embajador; no les gusta, pues este es el gobierno del cambio», dijo el presidente Petro en junio, durante un consejo de ministros transmitido por televisión.
El mandatario dejó entrever que detrás de la reforma estaría la intención de abrir la puerta a cambios en embajadas clave y de esquivar fallos judiciales adversos. Desde que comenzó el gobierno de Gustavo Petro en agosto de 2022, más de 45 nombramientos diplomáticos han sido anulados por fallos judiciales, según datos de la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo). La mayoría de los nombramientos diplomáticos anulados por la justicia se deben a que se ignoró la disponibilidad de funcionarios de carrera y, en otros, no se cumplieron los requisitos técnicos requeridos.
Clausura de la conferencia del grupo de La Haya. Foto:Cancillería
“Así como en otros gobiernos, en este se han hecho nombramientos políticos de embajadores para personas afines al Ejecutivo, pero con el agravante de que varios de ellos no han contado con el mínimo perfil técnico que se hubiera esperado”, señala Nathalia Sánchez, vicepresidenta de la Asociación Diplomática y Consular (Asodiplo).
En la carrera diplomática advierten que la proyección internacional de Colombia está en riesgo, pues diversificar la representación en el exterior –una apuesta valiosa en el fondo– no debería dar vía libre a designar funcionarios sin experiencia ni conocimientos, especialmente en un contexto internacional lleno de tensiones y cuando el país ha adquirido compromisos de alto nivel, como ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
«La eliminación de requisitos pone a Colombia en desventaja frente a sus pares, debilita nuestra posición y puede llevar a la marginalidad en escenarios clave», agregó Sánchez.
Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería. Foto:Cancillería.
Camilo Vizcaya, presidente de Unidiplo, asegura que si bien el jefe de Estado es el director de las relaciones exteriores, esta potestad no es un cheque en blanco. «Los cuerpos especializados, como la carrera diplomática, existen justamente para que los cargos sean ocupados por personas expertas que garantizan resultados positivos en beneficio de nuestro país.”, indica Camilo Vizcaya, presidente de Unidiplo.
La eliminación de requisitos pone a Colombia en desventaja frente a sus pares, debilita nuestra posición y puede llevar a la marginalidad en escenarios clave.
Nathalia SánchezAsodiplo
Incluso, hay temor de que estos cambios radicales se utilicen con multas políticas en el marco del proceso electoral que ya comenzó, dado que estas personas serán las encargadas de velar por la transparencia y el buen desarrollo de las elecciones en el exterior. No obstante, dicen los sindicatos, la promulgación de este decreto implicaría un riesgo mayor, ya que no solo tendrá margen de acción el actual gobierno, sino también el que llegue después de agosto de 2026, sin importar la línea política que gane.
“Prácticamente todos los gobiernos se dedican el último año a repartir puestos diplomáticos a diestra y siniestra para aprovechar la última ventana de oportunidad que tienen para pagar favores”, comentó la internacionalista Sandra Borda.
El presidente Gustavo Petro. Foto:Presidencia
Varios exfuncionarios del Gobierno rechazaron la última medida que tiene lista el Ejecutivo. «Es inconveniente porque Colombia debe apostarle al mérito. Hay personas que se han formado, que se han hecho a pulso y que merecen oportunidades reales para crecer en el servicio exterior. Lo responsable no es bajar los estándares, sino garantizar igualdad de oportunidades en la formación y en el acceso a la Academia Diplomática», aseveró el excanciller y ahora precandidato presidencial, Luis Gilberto Murillo.
«El borrador de decreto que establece las nuevas calificaciones para ejercer los cargos de Embajador o de Cónsul de Colombia es totalmente inconveniente. Es un paso más contra el mérito y el profesionalismo que debe caracterizar el servicio exterior del país, y un irrespeto contra la carrera diplomática y consular. Y, por supuesto, es además una señal negativa para las relaciones exteriores del país. Por todos estos motivos, ese Decreto debe ser archivado», señaló el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política




