Seguramente ha escuchado que el ejercicio aporta múltiples beneficios para el cuerpo, pero, ¿qué ocurre exactamente en el cerebro cuando realiza actividad física? En el Día Mundial de la Salud Mentalel psicólogo deportivo de Zenit, Eduardo Rubinstein, explica cómo la actividad física influye en la memoria, la concentración y el bienestar emocional, y brinda consejos prácticos para incorporarla en la rutina diaria.
Lo que debe saber:
- Ejercicio y cerebro: la actividad física fortalece las conexiones neuronales y mejora la memoria, la atención y la capacidad de aprendizaje.
- Sustancias que potencian el bienestar: endorfinas, dopamina y serotonina generan placer, motivación y equilibrio emocional.
- Pequeños pasos cuentan: incluso ejercicio moderado, realizado varias veces por semana, aporta beneficios significativos a la salud mental.
Cuando se habla de salud mental se involucra no solamente la salud del cerebro, sino temas de bienestar emocional y psicológico.
Rubinstein menciona que gozar de una buena salud mental no es solamente tener una buena concentración o una serie de habilidades, sino que contempla realmente un bienestar integral, y ahí es donde entra el ejercicio.
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“En realidad el ejercicio es considerado una de las mejores medicinas naturales, digamos, para los beneficios a nivel mental y psicológico”, indicó.
Lo que ocurre en el cerebro
- Un nivel cognitivo: mejora las estructuras neuronales y fortalece las conexiones entre neuronas gracias a proteínas como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). Esto se traduce en que su memoria, atención, concentración y capacidad de aprendizaje mejoran significativamente.
- Un nivel emocional: Se liberan endorfinas, dopamina y serotonina, sustancias que reducen el estrés, aumentan la sensación de placer y mejoran el estado de ánimo.
- Un nivel social: Incluso actividades individuales permiten interacción con entrenadores o compañeros, fortaleciendo la red de apoyo.
- Un nivel psicológico: ayuda a reducir los síntomas de ansiedad y depresión y mejora la motivación para cumplir metas y enfrentar desafíos diarios gracias a la liberación de las sustancias antes mencionadas.
“Todo esto solo con hacer ejercicio”, recalcó Rubinstein.

¿Qué hacer si tiene depresión o ansiedad y le cuesta mucho ejercitarse?
Cuando una persona atraviesa un cuadro de depresión o ansiedad, se vuelve más difícil realizar actividades cotidianas, y por fin, ejercitarse.
Por eso, el psicólogo brinda varias recomendaciones si usted es una de esas personas, o bien, si tiene alguien cercano que está pasando por una situación similar, para que le brinde el apoyo adecuado.
- Encontrar algo que le guste: “lo que tratamos de hacer normalmente es matricularnos en un gimnasio e ir de 0 a 100, y tenemos un destello de luz ahí de motivación y creemos que eso nos va a alcanzar la gasolina para mantenernos en este gimnasio por mucho tiempo, pero, el cuadro depresivo nos enseña que es justamente eso, es un destello de luz que luego se va a apagar muy rápido y probablemente abandonés una actividad que no te gusta hacer”, explicó el especialista.
- No ponerse metas muy altas desde el principio: con solo salir del cuarto y darle una vuelta a la cuadra todos los días, es mucho mejor que quedarse solo en el cuarto.
- Ir paso a paso: con objetivos realmente alcanzables con lo que está sintiendo en este momento y sin presionarse más de lo que puede dar.
- Vivir el día a día: Aprovechar los momentos de energía y bienestar para moverse, y observar la evolución diaria sin adelantarse.
Rubinstein explica que una vez que logre hacer el ejercicio, poco a poco se va motivando debido a las sustancias que liberan el cerebro, y esa química empezará a contrarrestar la química depresiva.
“Esa lucha al principio no va a ser fácil entre unos químicos y otros, entre unas sustancias y otras, pero luego se va regulando con el tiempo”, explicó.

En caso de tener cuadros depresivos muy severos, la medicación por parte del Psiquiatra también ayuda a regular esa parte química de la depresión. Sin embargo, el ejercicio ayuda a acelerar el proceso de recuperación.
“Ser realistas, aceptar la realidad y trabajar el día a día con el propósito de empezar a generar disciplina también en 'obligarme' a la parte de ejercicio al principio con algo con lo que yo me sienta cómodo“, finalizó.




