Una persona familiarizada con la discusión del viernes señaló que Surgutneftegas, la compañía personal de Putin, aún no ha sido atacada y predijo: «Si toda su esfera petrolera (Rusia) pudiera ser exprimida, tendría alguna posibilidad de traer a Putin a la mesa».
Un alto funcionario del Reino Unido añadió por separado que la acción estadounidense había sido «un nuevo paso realmente importante» y que «siempre es más poderosa cuando las naciones actúan juntas».
La misma persona cercana a las conversaciones del viernes dijo que las capacidades de misiles de largo alcance deben incluirse en los esfuerzos europeos y estadounidenses.
«Todos vieron cómo reaccionó Putin ante la perspectiva de los Tomahawks», dijeron. «Pero luego los estadounidenses se echaron atrás ante la idea y Putin rápidamente se alejó de la diplomacia».
Drama diplomático
El presidente estadounidense ha oscilado de un lado a otro en su voluntad de escuchar a Zelenskyy y Putin, y los espectadores europeos estaban nerviosos por su plan de reunirse con el líder ruso en Hungría esta semana.
Sin embargo, esa reunión fue cancelada después de que una llamada telefónica entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, saliera mal.
El miércoles, Estados Unidos anunció sanciones a Rosneft y Lukoil, las dos mayores compañías petroleras de Rusia, lo que marca un cambio de actitud por parte de la Casa Blanca.
Trump, que anteriormente había dicho que no introduciría más sanciones a menos que los países europeos se retiraran del petróleo y el gas rusos, dijo a los periodistas: «Simplemente sentí que era el momento».




