TEGUCIGALPA, Honduras — Los hondureños votaron el domingo para elegir un nuevo presidente solo unos días después de que el presidente Trump interviniera en una reñida contienda respaldando a un candidato y anunciara que perdonaría a un expresidente hondureño condenado por tráfico de cocaína a Estados Unidos.
En un centro de votación en la capital, los principales partidos del país estaban representados afuera con mesas, pancartas, banderas y música. Varias docenas de personas hicieron fila frente a la puerta de la escuela del vecindario y se les permitió entrar unos 30 minutos después del inicio oficial de la votación.
Además de un nuevo presidente, los votantes elegirán un nuevo Congreso, así como cientos de cargos locales.
Principales candidatos
Entre los cinco candidatos presidenciales en la boleta, las encuestas indicaron que tres tenían posibilidades de ganar y terminaban en competencia reñida. Ellos son:
• Rixi Moncada, quien sirvió como secretario de Finanzas y luego de Defensa en la actual administración de la presidenta Xiomara Castro y se postula para el partido socialdemócrata LIBRE, o Libertad y Refundación.
• Salvador Nasralla, que presenta su cuarta candidatura a la presidencia, esta vez como candidato del conservador Partido Liberal.
• El exalcalde de Tegucigalpa Nasry “Tito” Asfura, el candidato respaldado por Trump que lleva el manto del conservador Partido Nacional.
Moncada promete “democratizar” una economía todavía definida por la riqueza y la pobreza extremas. Nasralla se presenta como el outsider que puede limpiar la corrupción endémica del país. Y Asfura está tratando de restaurar el Partido Nacional como una fuerza proempresarial empañada por episodios anteriores de corrupción presidencial. El propio Asfura ha sido acusado en el pasado de malversación de fondos públicos, acusaciones que él niega.
Los hondureños que viven en California esperan para emitir su voto en las elecciones del domingo en la Iglesia de Scientology del Valle en North Hollywood.
(Juliana Yamada / Los Ángeles Times)
Problemas de campaña
La situación de seguridad de Honduras ha mejorado en los últimos años a medida que los homicidios en toda la región continúan cayendo, pero todavía tiene la tasa de homicidios más alta de Centroamérica. Los hondureños dicen que la seguridad y el empleo siguen siendo sus principales prioridades, a pesar de una economía que se ha fortalecido durante la administración de Castro.
La contienda presidencial se había centrado principalmente en candidatos que intercambiaban acusaciones de manipulación de votos hasta la semana pasada, cuando Trump respaldó a Asfura mientras atacaba a sus oponentes, la última señal del renovado enfoque de la administración Trump en América Latina. Trump amenazó con retener la ayuda estadounidense si Asfura no gana.
La intervención de Trump
Trump sorprendió a los hondureños y a muchos otros observadores al anunciar el viernes que perdonaría al expresidente Juan Orlando Hernández, quien cumple una sentencia de 45 años en una prisión estadounidense por ayudar a narcotraficantes a trasladar cocaína a Estados Unidos.
No estaba claro qué influencia tendría la medida de Trump en las elecciones, pero fue la última muestra de la voluntad del gobierno estadounidense de involucrarse en la región y se produjo en un momento de tensiones ya elevadas debido a la concentración militar estadounidense en el Caribe y las amenazas de Trump contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Trump ha dicho que la campaña militar estadounidense en el Caribe es un esfuerzo antinarcóticos, lo que hace aún más sorprendente su anuncio de un indulto para un narcotraficante condenado.
Los hondureños quedaron desconcertados por la repentina atención de Estados Unidos y esperaban, como mínimo, unas elecciones pacíficas.
Al pasar por un colegio electoral en la capital, Rubén Darío Molina, un guardia de seguridad de 55 años, dijo que no votaría el domingo porque tenía que trabajar. Pero tuvo palabras selectas para Trump, cuyo gobierno lo deportó a su Honduras natal hace un mes después de 20 años viviendo en Estados Unidos.
Había trabajado en jardinería en Miami, pero un día el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos lo detuvo en la calle, separándolo de su esposa y su hijo, ciudadanos estadounidenses.
«No creo en los políticos», dijo. «Los políticos son basura. Te utilizan como una escalera» para ascender, afirmó.
Roxana Mejía emite su voto para las elecciones generales de Honduras en North Hollywood el domingo.
(Juliana Yamada/Los Ángeles Times)
Vistas divergentes
Cristian Zelaya, ingeniero en sistemas de 42 años, dijo que su prioridad en las urnas era “tratar de rescatar al país de un futuro como Venezuela”. Dijo que quería sacar a los “comunistas”, en referencia a LIBRE (el partido socialdemócrata gobernante, que no es comunista) que, según dijo, hizo grandes promesas, pero no cumplió.
Elogió la decisión de Trump de indultar a Hernández -a pesar de sus graves delitos- a quien consideraba un buen presidente, pero dijo que no tuvo impacto en su decisión.
En otra parte de la capital, Carlos Alberto Figueroa, un jubilado de 71 años, dijo que quería que Moncada continuara el trabajo de Castro, que según él ya había resultado en «desarrollo, una mejor economía y seguridad». Él también descartó la influencia de Trump en el resultado.
Nancy Serrano, una joven de 20 años que vota por primera vez, dijo que el tema que más le preocupaba era: “Basta de corrupción”.
Serrano está estudiando para ser maestra y le preocupa que la prevalencia de la corrupción limite las oportunidades para los jóvenes y devore la economía.
Detalles electorales
Al anunciar el inicio de la votación el domingo, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Ana Paola Hall, llamó a los candidatos a respetar las reglas y no declarar la victoria antes de que el consejo confirme un ganador.
Las urnas debían cerrar a las 5 pm del domingo. El consejo tenía previsto proporcionar resultados preliminares el domingo por la noche, pero tiene hasta 30 días para anunciar oficialmente el resultado final.
Más de 4.000 observadores electorales hondureños y extranjeros se habían desplegado en los casi 6.000 lugares de votación en todo el país.
Sherman y González escriben para Associated Press.
