
En los últimos años se ha convertido en una obviedad que los jóvenes se informan predominantemente, si no exclusivamente, a través de las redes sociales. Resulta que es cierto, pero puede que no se trate de una crisis de información, como algunos quieren hacernos creer. Por supuesto, como periodista veterano, yo era uno de los que pensaba que el país no estaba siendo bien servido por esta creciente dependencia de fuentes de noticias no verificadas y el repudio implícito de los medios tradicionales. ¿Cómo podría sobrevivir el país si las próximas generaciones le daban la espalda a las voces confiables del New York Times, el Washington Post, CBS, NBC, ABC y…




