
Los Juegos Bolivarianos Ayacucho Lima 2025 se inauguran este sábado 22 en medio de inconvenientes que amenazan con deslucirlos. Disciplinas canceladas, altos gastos de última hora, cambios de sede y hasta de las autoridades encargadas de la organización hablan de la improvisación y las prioridades no siempre claras que han determinado la suerte que correrá tan importante fiesta deportiva.
En efecto, cuatro deportes que figuraban entre las competencias a desarrollarse –escalada, ráquetbol, muaythai y básquet 3×3– han sido retirados del programa, presumiblemente por dificultades relacionadas con los ambientes que debían alojarlos. Y de las 14 disciplinas que tendrían como escenario la región Ayacucho, ya solo seis cumplirán con el plan inicial. El fútbol sala, vóley y tiro al arco, por ejemplo, han tenido que ser trasladados a la capital. Hasta la ceremonia de inauguración del evento, que supuestamente tendría lugar en el Estadio de las Américas de la ciudad de las iglesias, ha sido cambiada al Real Felipe, en el Callao (lo que a su vez ha obligado a hacer una modificación en la ruta de la antorcha bolivariana). Esto porque los trabajos del referido estadio, cuya culminación había sido ofrecida por el gobierno regional encabezado por Wilfredo Oscorima para coincidir con esta ocasión, presentan un avance de apenas el 22%. Tampoco había una villa para alojar a los deportistas que participarán. Además, la contraloría ha puesto la lupa sobre el incremento de casi el 200% en el presupuesto de la obra.
Por otra parte, en lo que concierne a la presidencia del Instituto Peruano del Deporte (IPD), entidad encargada de la puesta en marcha de los juegos, se produjo el jueves pasado un reemplazo importante: salió Federico Tong y entró Sergio Ludeña. Pero a estas alturas, eso difícilmente cambiará el destino de estos Bolivarianos. En la opinión autorizada de Carlos Neuhaus, responsable del éxito de los últimos Panamericanos celebrados en Lima, lo que viene ocurriendo es una consecuencia de la errada decisión que tomó a inicios de este año el gobierno de Dina Boluarte de disolver el Proyecto Legado y trasladar sus tareas al IPD. Una situación, dice él, que tendría que servir como advertencia de lo que podría ocurrir con los Panamericanos Lima 2027 si es que se mantiene este esquema.
Dicho todo esto, a pesar de los retrasos y las sospechas levantadas por los sobrecostos relacionados con algunas de las obras, los Bolivarianos tienen que inaugurarse en nuestro país en dos días y así será. Queda esperar nada más que, aunque no sean los óptimos, resulten por lo menos dignos.




