La foto de la cubierta del libro dice mucho de lo que el lector se va a encontrar en estas páginas. Se trata de una foto de la película de Fellini '8 ½', donde Barbara Steele y Mario Pisu se bailan un 'twist', que … Imitó luego hasta el cansancio Tarantino en 'Pulp Fiction' con Uma Thurman y John Travolta, convertido el baile ya en manierismo y, además, la copia disfrazada en cita.
'Excesos femeninos. Delirios masculinos', el último libro de Luis de León Bargailustra así un contenido de un enorme interés porque, bajo el concepto de qué sea el exceso y de cómo se presenta en nuestros días, se describe un panorama sucinto de qué sea eso de la Modernidad a grandes rasgos y un examen muy prolijo, descriptivo, pero con un fondo de narratividad llena de ironía, de buen hacer literario, de figuras esenciales de ese exceso de la Modernidad.

-
Autor
Luis de León Barga -
Editorial
Fórcola -
año
2025 -
Páginas
342 -
Precio
29,50€
Figuras como Dorothy Wilde, la sobrina de don Óscar; Natalie Burney; Señora Ottoline Morrell; Timoteo Leary; Catalina Millet; Michel Foucault; Robert Mapplethorpe, y un muy detallado e inteligente examen de la Movida, con personajes menos populares que Almodóvar y Ouka Leelepero que en realidad refleja mejor la esencia de aquella ola de drogas y querencia 'underground' que era una mezcla castiza de la postura 'beatnik', la psicodélica, la reivindicación de las vanguardias de preguerra y unas ganas de pasárselo bien que el autor, ya dijimos de su ironía, se centra en figuras como Ana Curra, Patricia Godes, Elena Figueras, Mariví Ibarrola, El Ángel…
'Excesos femeninos. Delirios masculinos' se enmarca, así, como el resultado, devenido en el tiempo, de las frases proféticas de Rimbaud: «Yo soy otro»; «Es necesario ser absolutamente moderno»; «Ver lo invisible, oír lo inaudible»; «Habrá un nido de besos oculto en los rincones»; «La Eternidad. Es el sol mezclado al mar». Como si el autor de este libro hubiera presentido que esas frases eran el lado feliz de unos tiempos caracterizados sobre todo por dos guerras mundiales y los horrores del Holocausto y los Gulags.
El libro, pues, es idóneo para disfrutar de los eventos de unos personajes tratados con eso que los franceses denominan 'esprit' y que resulta una descripción a veces terrible, las más llenas de comprensión de unos tiempos, los nuestros. Con acertada cercanía a Italo Svevo, el autor concluye: «A unos les gusta retarse a sí mismos con acciones peligrosas para probar su hombría, ya otros convertir la técnica en una realidad que les haga más poderosos y cambie la forma de vivir. En un mundo que siempre pide más en todos los ámbitos, el exceso crecerá. Las conductas extremas son útiles para crear una identidad en un tiempo nuevo e ilusionar los sentidos con fantasmagorías».
En este libro el detalle es importante porque, como decían los antiguos, revela a Dios. Así el comienzo del capítulo 'La sobrina de Oscar Wilde': «A Dorothy Wilde (Londres, 1895), la sobrina de Oscar Wilde, le encantaba conducir». Lo que parece algo anecdótico se convierte en categoría luego, y esto vale por cada figura descrita en el libro. Un registro de las correspondientes a Timothy Leary y Michel Foucault posee la virtud de aparecer como unas biografías ocultas, de lo mejor del libro.




