Respuestas en una postal al supermercado del Parlamento Europeo y/o de la Corte Penal Internacional.
Ha sido una semana desafiante para los productos alimenticios italianos. El Ministro de Agricultura de Italia, Francesco Lollobrigida, se puso furioso cuando vio un frasco de salsa carbonara en los estantes de la tienda Delhaize dentro del Parlamento en Bruselas que contenía panceta en vez de guanciale ¡Qué descaro! (Guanciale es carrillada de cerdo, ¿entiendes? ¿No? Oh.)
lollobrigida dijo tales productos representan «lo peor de los alimentos que suenan a italianos» y pidieron una «investigación inmediata». Gracias a Dios no hay una guerra (o varias) en marcha.
Dicho esto, hacer pasar comida como italiana es un gran negocio financiero. Grupo agrícola Coldiretti reconoce el “escándalo de los productos italianos falsificados” le cuesta al país 120 mil millones de euros al año. Italia también ha solicitado que la cocina italiana se incluya en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO (lo que básicamente significa que no se puede joder). Como nota al margen, Ya en la lista de la UNESCO está la “pesca de camarones a caballo” en Oostduinkerke, Bélgica. ¡No sabía que los camarones sabían montar a caballo!
El partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, planea escribir a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, para quejarse del uso de la bandera italiana en el tarro de salsa para pasta. Eso sí, el partido de Meloni son los Hermanos de Italia y… choque ¡No todos son hermanos!
«Que conste: nadie debería poner carbonara en un frasco», dijo el portavoz de Metsola a mis colegas de Bruselas Playbook, en lo que puede haber sido o no una referencia a la Película de los años 80 “Baile sucio”. Sin embargo, el equipo de Metsola señaló que si bien el etiquetado de los alimentos es competencia de la UE, no es tarea del presidente del Parlamento intervenir. Como todos sabemos, el trabajo real del presidente del Parlamento es, eh, volvamos a eso.




