“No es el resultado que queríamos esta noche, pero la liga sigue y es muy larga. Tenemos que cambiar la dinámica y demostrar quiénes somos como equipo». Un mensaje lanzado por Mbappé en sus redes sociales, desde las entradas de Montilivi. Y desde sus entradas. Con la Impotencia del empate de Girona latente (1-1). Su tanto de penalti puso las tablas, pero tuvo la victoria en el suspiro final. Con el interior, desde unos 10 metros, la cruzó demasiado. Tras ver volar el liderato, propósito de enmienda.

Una dinámica que ha llevado a dilapidar una ventaja que tocó techo en el Clásico. Entonces eran cinco puntos. Mantenida tras el convincente triunfo contra el Valencia (4-0). Ahora, uno menos que los azulgrana. Salida a salida, empate a empate. Porque así se han salado las últimas tres visitas. La de Vallecas (0-0), la de Elche (2-2) y la de Montilivi. Mientras, los azulgrana, victoria a victoria (Celta, Athletic y Alavés). es la crónica de una remontada.
Y es el lamento de un Mbappé que venía de marcar cuatro en El Pireopero que comprobó cómo uno era insuficiente. Tras un encuentro donde no encontré los balones para desequilibrar. Y, cuando lo hizo, no atinó, más allá del penalti. O se lo anularon, como el tanto en el 40' que se fue al limbo por haber tocado con la mano el esférico antes de empujarlo a la red. Chutó cinco veces, pero solo una a portería. Y creé cuatro ocasiones. Lo intenté, pero no fluyó. Y sin un Kylian estelar, no hubo paraíso.
Sí propósito de enmienda. Con unas palabras que el de Bondy quiere que no se las lleve el viento ni que desaparezcan entre otras publicaciones. Y será San Mamés, el estadio donde hizo tocó fondo. El lugar donde hizo clic. Ahora, es todo el Madrid el que necesita hacerlo. Para “cambiar la dinámica”.
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