No sé ustedes, pero últimamente siento que Mercurio retrógrado me tiene en la mira directa, todo empieza con pequeñas cosas: mensajes que no se envían, correos que desaparecen, aviones que se cancelan de repente. Al principio me dije: “Nah, seguro es pura coincidencia”, pero ya van varias semanas y honestamente no encuentro otra explicación.
Es como si el universo estuviera jugando una especie de broma cósmica conmigo, intento ser racional, busco otras causas: mala organización, distracciones, fatiga pero nada tiene sentido. Todo lo que planeo parece torcerse justo cuando menos lo espero y lo peor es que siento que no es casualidad, es personal. Mercurio retrógrado, ¿Será que realmente existe o estoy inventando excusas para todo?
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Lo que me sorprende es que no quiero dejarme llevar por la idea de que un planeta puede controlar mis días, pero, ¿qué más me queda? Es la única opción que encaja. Y sí, suena ridículo admitirlo, pero me sorprendió revisando el calendario antes de enviar un mensaje importante o firmar algo, solo para ver si Mercurio está retrogradando.
Al final he tenido que aceptar que tal vez este ciclo cósmico sí tiene algo de poder sobre mí, aunque no lo quiera creer del todo. Así que ahora, en lugar de pelearme con cada falla y retraso, intento respirar, recordarme que no todo depende de mí y que, tal vez, solo tal vez, Mercurio retrógrado es el recordatorio de que está bien perder el control de vez en cuando.
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