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Más de 80,000 personas asistieron al concierto de Grace for the World en la Plaza de San Pedro del Vaticano, que fue seguido por un espectacular espectáculo de drones.
El programa concluyó la reunión mundial sobre la fraternidad humana 2025, una reunión de dos días que reunió a personas de todo el mundo para reflexionar sobre la humanidad en una era definida por desafíos sociales y ambientales, así como un rápido progreso tecnológico.
La alineación de conciertos incluyó al cantante estadounidense Pharrell Williams con las voces de fuego del coro del gospel, el tenor italiano Andrea Bocelli y otros artistas internacionales como John Legend, Jennifer Hudson y Karol G.
«Quiero agradecer sinceramente a Su Santidad al Papa Leo (XIV) por abrir las puertas a este lugar sagrado a todos nosotros, y recordarnos que la verdadera compasión y gracia comienzan con la fraternidad, verse unos a otros como hermanos y hermanas, y compañeros seres humanos», dijo Pharrell Williams, quien codirigió el programa con Andrea Bocelli, durante los conciertos históricos de la apertura de los comentarios.
«Esta es una oportunidad para que las personas galvanicen y reconozcan su fuerza en los números. Todavía no hemos hecho eso como especie, todavía no nos hemos preguntado a nosotros mismos por el bien de la humanidad, mucho más allá de los alcance y las constricciones de diferentes religiones, podemos tomarnos de la mano por un momento y ver la luz que tenemos», concluyó su poderoso mensaje sobre la unidad.
Después del concierto, más de 3.000 drones se encendieron por encima de la Capilla Sixtina, una impresionante exhibición de luces que rompen siglos de tradición.
Los drones, que fueron operados por Nova Sky Stories, propiedad del hermano de Elon Musk, Kimbal Musk, dibujaron imágenes del fallecido Papa Francis, la cara de la Virgen María, las palomas y la creación de Adán de Miguel Ángelo en el fondo del domo de la Basílica de San Pedro.
El viernes, los administradores, empresarios, economistas, académicos, trabajadores sociales, estudiantes, atletas y guías espirituales se unieron a quince mesas redondas temáticas para intercambiar buenas prácticas, compartir experiencias y proponer acciones concretas.
Los resultados del taller se presentaron el sábado durante la Asamblea Humana, descritos como «una etapa simbólica y operativa que lanza un proceso sinodal internacional destinado a medir, definir y promover la fraternidad en la vida real».
El concierto cerró la conferencia, reafirmando el papel central de la fraternidad como un valor universal. En una época marcada por la división y la polarización, la noche buscó unir mundos, uniendo la celebración religiosa con el lenguaje universal de la música.




