Por Euronoticias
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Maria Sole Agnelli, miembro de la familia Agnelli que fundó y controló el gigante automovilístico italiano, falleció en su ciudad natal de Torre in Pietra, cerca de Roma. Ella era una accionista importante de los intereses comerciales de la familia.
Agnelli fue alcaldesa de la ciudad de Campello sul Clitunno, en Umbría, de 1960 a 1970, en una época en la que pocas mujeres ocupaban cargos electivos en Italia. Fue elegida sin una campaña formal y permaneció activa en la vida pública y cívica durante gran parte de su carrera.
Influencia en la familia Agnelli
Maria Sole Agnelli era una importante persona influyente dentro de Giovanni Agnelli BV, el vehículo registrado en Holanda que sustenta el control de Exor por parte de la familia. Con una participación estimada de entre el 11,2% y el 12,3%, su rama de la familia ocupaba el segundo lugar en influencia después de la de John Elkann (presidente de Stellantis, director ejecutivo de Exor y presidente de Ferrari) y superaba los intereses de otras ramas de Agnelli.
Esa participación le dio una influencia sustancial sobre la dirección estratégica del grupo, incluidos activos como Ferrari, Stellantis y Juventus.
La participación también generó ingresos considerables. Sólo en 2025, los dividendos generaron más de 6 millones de euros en pagos directos al holding familiar. La responsabilidad de gestionar esos intereses y representar a la familia en los órganos corporativos pasa ahora a su hijo, Edoardo Teodorani Fabbri, asegurando la continuidad de una de las dinastías industriales más duraderas de Europa.
Compromiso con el patrimonio paisajístico
Al final de su década en el cargo, decidió no buscar la reelección y volvió a la vida privada manteniendo estrechos vínculos con la comunidad local y las instituciones de Umbría.
Durante su mandato, la administración se centró en modernizar el área con una fuerte base agrícola, mejorar las carreteras y mejorar los servicios públicos esenciales, incluida la construcción de escuelas. Se puso especial énfasis en la protección del paisaje local, en particular la preservación de las Fonti del Clitunno.
Ese enfoque ayudó a sentar las bases para una forma de turismo centrado en el patrimonio histórico, cultural y culinario del Valle de Umbría, combinando la conservación con el desarrollo económico a largo plazo.
Pasión por la equitación
Paralelamente a su vida pública, Maria Sole Agnelli estuvo muy involucrada en el deporte ecuestre italiano, donde trabajó como criadora y administradora de establos en la posguerra. Su trabajo la situó entre las principales figuras del sector en un momento en el que Italia era muy competitiva en el escenario internacional.
Ese período incluyó el éxito del equipo italiano en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, donde el caballo Woodland ganó una medalla de plata, un logro citado a menudo como emblemático de la fortaleza de la cría y el entrenamiento italianos en ese momento.




