El anuncio de Nicolás Maduro sobre la posible repatriación de los restos de Antonio José de Sucredesde la Catedral Metropolitana de Quito hacia Cumaná (Venezuela), choca con un dato documentado: el propio Sucre expresó por escrito su deseo de descansar en el Ecuadorvinculado de forma directa con Quito y con el volcan pichincha. Así lo explica el historiador Gabriel Fandiñomiembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, con base en las cartas del Mariscal y en el Archivo de Sucre.
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Sucre escribió que quería que sus huesos se quedaran en Quito, Ecuador.
fandiño señala que la clave está en una carta del 12 de diciembre de 1825que Antonio José Delaware Sucre dirigiéndose a su amigo Trinidad Moránmientras se encontraba en Chuquisacaen el entonces Alto Perú.
En ese documento, incluido en el Archivo de Sucre recopilado por el investigador venezolano Vicente Lecuñael Mariscal dejó una frase directo sobre su destino final.
Según fandiñoen esa carta Sucre escribió que “piensa que sus huesos se entierren en el Ecuador o que se tiren dentro del volcán Pichincha, donde libró la batalla”.
El historiador subraya que esa línea no aparece como una frase sueltasino dentro de una reflexión más amplia sobre su cansancio frente a la vida militar y sudeseo de retirarse.
Fandiño explica que, para ese momento, Sucre Sentí que ya había cumplido su papel en la guerra Delaware independencia tras la batalla de ayacuchoen 1824.
Por eso, en sus cartas a los amigos más cercanos, empezó a hablar de una vida lejos de los cargos militares y políticosestafa Quito como lugar elegido.
El vínculo emocional de Sucre con Quito
El historiador detallado que Sucre no solo mencionó al Ecuador como país, sino que mostró un vínculo íntimo con Quito. En otra carta de esa época, dirigida al coronel Vicente Aguirreresidente en la ciudad, el Mariscal habló del afecto que sentía por la capital.
De acuerdo con fandiñoen esa carta Sucre escribió que hubiera querido celebrar el aniversario Delaware Ayacucho es Quito y llegué a decir “usted no puede juzgar cuánto amo a Quito”.
También describió a la ciudad como una tierra que otros podrían considerar frio y tristepero que para él resultaba “tan buena”.
Fandiño remarca que ese cariño tenía un motivo central: en Quito vivía Mariana Carcelénel gran amor de Sucre y la mujer con la que quiso formar una familia.
El historiador señala que Sucre deseaba fijar su residencia en la ciudad, casarse y dedicarse una las haciendas que ella heredó, lejos de las intrigas políticas y de las campañas militares.
Quito como destino de vida y de muerte para Sucre
Fandiño resume que, en sus cartas, Sucre proyectó su futuro con una idea constante: instalarse en Quito de forma definitiva.
Aunque aceptamos cargos y misiones en el Alto Perú por compromiso con Simón Bolívaren su fuero interno quería que otra persona asumiera la presidencia de esa nueva república y buscaba la forma de regresar al Ecuador.
El historiador recuerda que, una vez que perdió el poder en bolivia en 1828, Sucre no luchó por mantenerse en esa carga. Al contrario, planeando su salida y viajó hacia Quito.
Según el relato de Fandiño, Sucre ya se había casado con mariana Carcelén por poder, a través de vicente aguirrey al volver consumió el matrimonio y tuvo una hija.
Durante algunos meses se dedicó incluso al comercio de los productos agrícolas de las haciendas de su esposa, una vida que él describió como la que realmente quería.
Fandiño indica que, cuando Sucre volvió a salir por nuevas misiones políticas y militareslo hizo con la idea de regresaruna y otra vez, a Quito.
Por esa razón, en 1830 escogió la ruta por Pasto para acortar el viaje de retornopese al riesgo que eso implicaba.
En ese trayecto lo mataronlo que, a juicio del historiador, refuerza la idea de que todo lo arrastraba de nuevo hacia Quitoincluso en los últimos días de su vida.
La urna del Pichincha y el sentido de mantener sus restos en Quito
Fandiño también enlaza el testamento emocional Delaware Sucre con la forma en que Ecuador Trató sus restos cuando el país los recuperó en 1900.
Relata que el entonces presidente Eloy Alfaro ordenó recoger piedra volcánica del Pichincha para esculpir la urna de piedra donde reposan los huesos del Mariscal en la Catedral Metropolitana de Quito.
Según el historiador, esa decisión buscó respetar de la manera más fiel posible el deseo hablado en la carta a Trinidad moran: Sucre pidió que sus huesos quedaran en el Ecuador o que se arrojaran al volcán donde luchó por la independencia.
La urna de piedra, elaborada con material del Pichinchaunió esos dos elementos: Quito y el volcán.
Fandiño concluye que un traslado de los restos de Sucre hacia otro país iría en contra de lo que el propio Mariscal escribió.
Recuerda que las cartas hablan de su amor por Quitode su proyecto de vida con su esposa mi hija en esa ciudad y de su voluntad limpio descansar en el Ecuador.
Por eso, en palabras del historiador, mantenga sus restos en la catedral Delaware Quito significa respetar su del mes pasado deseo documentado en el archivo Delaware Sucre.




