
En su artículo de opinión del New York Times titulado "Soy un erudito de genocidio. Lo sé cuando lo veo" Omer Bartov acusó a Israel de cometer genocidio en Gaza. Como profesor de estudios de genocidio, debería saber mejor. El genocidio no se define por algunos comentarios tomados de contexto, por estimaciones de víctimas o destrucción, o por cómo se ve la guerra en los titulares o en las redes sociales. Se define por la intención específica de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso en su totalidad o en parte. Ese es un bar de alto nivel legal. Bartov no lo cumplió. Ni siquiera lo intentó.




