No el matrimonio lavanda volviendo a estar de moda en pleno 2025. En realidad todo esto tiene una explicación y si no sabes qué es este fenómeno, también te lo contamos. Pero es que hay mucho detrás de esto que necesitas comprender.
El termino “matrimonio lavanda” nació en el Hollywood de los años veintecuando actores y actrices LGBTQ+ se casaban con personas del sexo opuesto para proteger sus carreras en una industria que castigaba cualquier disidencia sexual. La lavanda, asociada simbólicamente con la comunidad queer, terminó dando nombre a estas uniones estratégicas.
Por qué la Generación Z está romantizando el matrimonio lavanda en pleno 2025
No se trataba de amor romántico ni de deseo; eran acuerdos de supervivencia. Un pacto silencioso entre dos personas que entendían que en esa época ser uno mismo podía significar perderlo todo. En los años 50, con la caza de brujas y la represión moral, estos matrimonios se multiplicaron, convirtiéndose en una forma de camuflaje ante una sociedad que solo aceptaba una versión del amor: la heterosexual y “respetable”.
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Cien años después, el término regresa, pero con un giro radical. En redes sociales, especialmente en TikTok, la Generación Z habla del matrimonio lavanda como una forma de reapropiación queer y emocional. Ya no se trata de esconderse, sino de crear vínculos donde el amor romántico o sexual no son el centro. Son acuerdos entre amigos, compañeros o incluso exparejas que buscan construir una vida estable desde la lealtad y el apoyo mutuo.
Muchos jóvenes lo ven como un antídoto frente al 'fracaso' del amor moderno… las apps de citas, la precariedad emocional y la crisis económica. “Casarte con tu mejor amigo” ya no suena a una mala idea, sino a una alternativa viable ante la soledad, la incertidumbre y la presión de tener que encajar en modelos de pareja tradicionales.
El auge de movimientos ultraconservadores y discursos anti-LGBTQ+ en varios países ha reactivado la idea del matrimonio lavanda desde la misma perspectiva que hace 100 años.
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Así como en los años veinte, muchas personas queer vuelven a sentir que mostrarse abiertamente puede tener consecuencias. Políticas regresivas sobre derechos reproductivos, censura de identidades de género y un discurso que exalta la familia “tradicional” han hecho que el término resurja, esta vez como símbolo de resistencia.
Es difícil saber si el matrimonio lavanda es una moda pasajera, una broma interna de TikTok o una señal real de hacia dónde se están moviendo los vínculos.
Lo cierto es que responde al cansancio que el amor romántico nos trajo al verlo como única vía de validación y como necesidad. En ese sentido, el fenómeno se parece más a un espejo generacional que a una simple tendencia.
pero el matrimonio lavanda se volvió también un acto político, un gesto irónico y desafiante frente al intento de imponer una sola forma de amar. Mientras algunos lo usan como estrategia, otros lo ven como una crítica a cómo la ultraderecha intenta volver a definir el amor desde el miedo.




