
Los muelles y los puertos de los botes son espacios liminales donde la costa marca la reunión de tierra y agua, y sirve como Un espacio para la convergencia de la cultura, la industria y la comunidad. Para aquellos que trabajan en el mar, desde pescadores comerciales hasta operadores de carga marina, el muelle es un umbral entre el trabajo y el descanso, entre la incertidumbre oceánica y la estabilidad terrestre. Para otros, el muelle sirve como una puerta de entrada a la recreación, el deporte y la aventura, acomodando todo, desde clubes de remo hasta viajes de navegación familiar. Y para muchos que nunca abordan un barco, el muelle ofrece Una conexión poderosa con el entorno marino donde uno puede hacer una pausa, observar y comprometerse con las mareas rítmicas.
En todo el mundo, los muelles toman formas arquitectónicas y culturales tan diversas como las comunidades a las que sirven. En puertos de trabajo, La función domina, con una infraestructura robusta adaptada a las necesidades industriales y se prestó poca atención al ocio o la estética. Por el contrario, cívico y recreativo Los puertos a menudo están diseñados con acceso público y programación cultural en mente, incorporando paseos, centros educativos y paisajismo que apoya y refleja la vitalidad ecológica y social. La historia de cada lugar, Formado por el comercio, la colonización, el cambio ambiental o el ritual cultural, deja una impronta en las opciones de diseño y la evolución de la costa.





