«Pensé que, en términos de actitud, la capacidad de permanecer en el juego durante 80 minutos era lo más agradable».
Esas fueron las palabras del entrenador de los Harlequins, Jason Gilmore, después de que su equipo se enfrentara a los rivales sarracenos de la ciudad con una actuación de astucia y compromiso en octubre.
Desde entonces no ha visto mucho que le agrade. Quins ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos de Prem, con Bristol ejecutando cuatro intentos sin respuesta en la primera mitad para arruinar la fiesta del Gran Partido de los anfitriones en el Allianz Stadium.
Fue una actuación preocupantemente débil en el escenario más grande.
Su éxito en tacleadas se redujo al 76% y, a pesar de cubrir 22 entradas, 17 a 12, tenían poco del brillo ofensivo de Bristol, hasta que Marcus Smith se adelantó tarde cuando el juego ya había terminado.
Los quins tienen mucha calidad. Luke Northmore y Oscar Beard son un dúo de mediocampo contundente y creador de juego, Cadan Murley y Rodrigo Isgro ofrecen ritmo y garbo por las bandas, mientras que Tyrone Green y Nick David son jugadores consistentes de primer nivel.
Al frente, Harry Williams y Guido Petti llegaron en el verano para agregar gruñidos y gruñidos a un grupo que ya contiene a Fin Baxter, Chandler Cunningham-South, Alex Dombrandt y Jack Kenningham, así como el juego terrestre de Will Evans.
Pero no hace clic.




