Comentario de Arthur Piccolo
Noticias de las Américas, NUEVA YORK, NY, domingo 27 de julio de 2024: En el teatro político de la identidad, la vicepresidenta Kamala Harris se erige como una persona muy conflictiva. Como hija de madre india y padre jamaiquino, Harris encarna un rico tapiz de herencia cultural. Sin embargo, hay un borrado casi completo de sus raíces caribeñas, un silencio que dice mucho. ¿Qué hay de malo en ser Caribeña americana, Kamala?

Este problema se volvió nacional hace cuatro años, cuando Harris se convirtió en vicepresidenta, y obviamente será mucho más evidente y preocupante ahora, sobre todo si se convierte en la primera presidenta caribeña, negra e india estadounidense de Estados Unidos.
Harris será una presidenta afroamericana y una presidenta indoamericana, pero no, no, no, NO será una presidenta caribeña. Irónicamente, este problema se refleja mucho en las políticas y acciones de esta administración Biden-Harris.
Durante casi cuatro años, ambos países han hecho todo lo posible por ignorar en gran medida el Caribe. El único contacto del presidente Biden con el Caribe consiste en pasar unos días de vacaciones en la finca caribeña de algún rico o destinar unos cuantos millones a la lucha contra el crimen y Haití. Al diablo con el desarrollo económico.
La herencia india de Harris suele ser destacada y resaltada por sus frecuentes referencias a su ascendencia tamilnadu y la influencia de su abuelo. Es una conexión que utiliza estratégicamente, especialmente cuando se dirige a influyentes electorados indios estadounidenses o a dignatarios extranjeros. Su afinidad con la herencia india no es solo una narrativa personal, sino una maniobra política, que aprovecha la comunidad india estadounidense, rica y políticamente activa.
Esta visibilidad contrasta marcadamente con sus raíces caribeñas, que rara vez se celebran con el mismo fervor.
El enfoque selectivo de los medios de comunicación desempeña un papel importante en esta dinámica. Los indios americanos son uno de los grupos de la diáspora más ricos y con mayor influencia política en los Estados Unidos. Este grupo demográfico ejerce un poder considerable, lo que hace que la identidad india de Harris sea una historia convincente para los titulares. En contraste, la comunidad caribeña americana, a pesar de sus profundas contribuciones, sigue marginada. Esta disparidad en la representación de los medios subraya un sesgo social más amplio que valora algunas identidades por sobre otras.
Las propias decisiones de Harris confirman esta narrativa.
Aunque recuerda con orgullo las enseñanzas de su abuelo indio, sus referencias a su herencia jamaiquina son escasas y a menudo superficiales. Este desequilibrio sugiere un silencio estratégico, influido por el cálculo político. Aceptar su identidad caribeña podría no estar en línea con los mismos beneficios políticos inmediatos que su herencia india. Sin embargo, esta visibilidad selectiva perjudica su identidad plena y a la comunidad caribeña estadounidense –que merece reconocimiento– y, sobre todo, al Caribe en su conjunto –la “región olvidada” del mundo. ¿Le da vergüenza ser caribeña estadounidense? yo¡Cuéntanos la verdad Kamala!
Este borrado no es sólo un descuido personal
Refleja una marginación más amplia de las identidades caribeñas dentro del discurso político estadounidense. Los caribeños estadounidenses han dado forma de manera significativa a la cultura y la política estadounidenses, desde la música y la literatura hasta el activismo por los derechos civiles desde la esclavitud hasta ahora. Sin embargo, sus contribuciones a menudo se ven eclipsadas por las narrativas de inmigrantes más prominentes. Harris, como figura política prominente, tiene la plataforma para cambiar esto, para poner las historias caribeñas estadounidenses en primer plano y darle a todo el Caribe todo lo que se merece. Sin embargo, esta oportunidad lamentablemente sigue sin aprovecharse.
Vamos, señora vicepresidenta. Puede hacerlo. Dígalo en voz alta. Hágalo por todos, incluido su padre:
¡PRONTO SERE PRESIDENTA KAMALA HARRIS Y ESTOY ORGULLOSA DE SER UNA MUJER CARIBEÑA AMERICANA!




