
Crédito: Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley
Darleane Hoffman fue una química nuclear pionera cuyo trabajo ayudó a ampliar la tabla periódica y profundizar nuestra comprensión de los elementos más pesados. Los elementos transuránicos (aquellos con un número atómico superior al 92 del uranio) son todos inestables y radiactivos. Su descubrimiento del plutonio-244 de origen natural anuló la premisa de larga data de que el uranio-238 era el elemento más pesado que se encuentra en la naturaleza. Su investigación influyó en nuestra comprensión de la fisión nuclear, las terapias avanzadas contra el cáncer y los protocolos mejorados de gestión de desechos nucleares. Ha fallecido a los 98 años.
Uno de sus logros de mayor orgullo fue validar el descubrimiento del elemento 106, más tarde llamado seaborgio en honor a su amigo y mentor, Glenn Seaborg. Más allá de sus descubrimientos históricos, Hoffman también será recordada por su defensa de las mujeres en la ciencia.
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Nacida en Terril, Iowa, Hoffman desarrolló una temprana fascinación por la ciencia, alentada por su padre, un director de escuela que enseñaba matemáticas. Comenzó a estudiar artes aplicadas en Iowa State College en Ames, pero cambió a química, inspirada por su maestra Nellie Naylor y el físico María Curieque alcanzó fama mundial por su trabajo sobre la radiactividad. Hoffman se sintió atraído por la química nuclear y el entusiasmo de un campo aún en su infancia. Más tarde, les diría a sus alumnos que a menudo era la única mujer en sus clases de química en la universidad.
Después de obtener su doctorado en química nuclear en 1951, Hoffman comenzó su carrera en el Laboratorio Nacional Oak Ridge en Tennessee, antes de unirse al Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México, donde se convirtió en la primera mujer líder de división en 1979. Su esposo Marvin Hoffman, un físico nuclear, había sido compañero de estudios de posgrado y colaboró en sus primeras investigaciones. Detectó plutonio-244 en 1971 mientras analizaba muestras de rocas de la mina Mountain Pass de California. Antes de este descubrimiento, los científicos pensaban que todos los elementos más pesados que el uranio debían crearse artificialmente en aceleradores de partículas.
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Hoffman avanzó aún más en el campo al aislar el fermio-257 y demostrar que podía dividirse en dos fragmentos de tamaño similar, un resultado inesperado en ese momento, porque se pensaba que la fisión producía fragmentos desiguales. Sus hallazgos, inicialmente recibidos con escepticismo, obligaron a los científicos a repensar cómo funciona la fisión.






