Lea Feiger: De hecho, es una muy buena pregunta y he pensado en ella durante bastante tiempo. Creo que, si no es molesto, quiero leer esta cita de Scott Kupor, director de OPM y ex socio gerente de Andreessen Horowitz, para ser claro, solo para recordarles a todos de dónde viene la gente en esta administración actual. Publicó esto en X a fines del mes pasado y fue parte del informe de Reuters. Entonces publica: «La verdad es que es posible que DOGE ya no tenga un liderazgo centralizado bajo el USDS, pero los principios de DOGE siguen vivos y coleando: la desregulación, la eliminación del fraude, el despilfarro y el abuso, la remodelación de la fuerza laboral federal, etcétera, etcétera, etcétera». Que es exactamente lo mismo, lo que han estado diciendo todo este tiempo, pero es todo humo y espejos, ¿verdad? Es como, oh no, no, bueno, DOGE ya no existe exactamente. No hay ningún personaje de Elon Musk que lo lidere, como dijo el propio Elon Musk en el podcast con Joe Rogan el mes pasado. Él dice: «Sí, una vez que me fui, no pudieron molestar a nadie, pero no te preocupes, DOGE todavía está ahí». Así que es una locura ver a la gente caer en esto y decir: «DOGE ya no existe». Y yo pienso que literalmente nos están diciendo que no lo es.
Zoe Schiffer: Creo que una cosa que parece sinceramente cierta es que cada vez es más difícil diferenciar dónde termina DOGE y comienza la administración Trump porque se han infiltrado en tantas partes diferentes del gobierno y el espíritu de DOGE, de lo que estás hablando, desregulación, recortes de costos, presupuestos de base cero, realmente se han convertido en algo en juego para el administrador, ¿verdad?
Lea Feiger: Creo que ese es un buen punto. Y, sinceramente, al final del reinado de Elon Musk, algo que seguía surgiendo no era necesariamente que la administración Trump no estuviera en absoluto de acuerdo con el espíritu de DOGE. Era que realmente no estaban de acuerdo con la forma en que Musk lo estaba abordando. No les gustó que estuviera pisoteando al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y que tuviera peleas fuera de la Oficina Oval. Esa era una mala óptica y tampoco ayudaba a que la administración Trump pareciera que estaba en la cima.




