tSu historia de origen, sobre cómo San Nicolás llegó a ser un donante de regalos que habitaba en el Ártico con un ejército de elfos, comenzó como un libro para niños por Matt Haig que se convirtió en un película de fantasía repleta de estrellas con apariciones de Maggie Smith y Jim Broadbent. Ahora tenemos la adaptación teatral, que musicaliza la historia del joven Nikolas.
A los 11 años, queda abandonado en el dolor y la soledad después de que un oso mata a su madre y su padre emprende una expedición al Polo Norte para encontrar las legendarias aldeas de los elfos. Nikolas (Devon Sandell, actuando la noche de prensa y lleno de energía) sigue a su padre hacia el norte con su mascota ratón Miika (Olivia Dickens), para encontrarse con un reno llamado Blitzen (Alexander Solly), Truth Pixie (Daisy Chapman), los elfos y un grupo de otras criaturas fantásticas.
Este es el segundo musical en los últimos tiempos que este teatro adapta de una exitosa película que a su vez estaba basada en un libro superventas. El primero fue La improbable peregrinación de Harold Fryuna encantadora adaptación que se trasladará al West End el próximo mes. La iluminación no llega dos veces con la adaptación de Philip Wilson, que no es tan cautivadora.
Lo realiza el Festival Juvenil de Chichester. Teatroy más de 70 jóvenes hacen un trabajo heroico. Visualmente es encantador, tanto por sus encantadores trajes diseñados por Ryan Dawson Laight como por sus vívidos títeres diseñados por Charlie Tymms. Dirigida por Dale Rooks y contrastada con el diseño escénico móvil de Simon Higlett de desechos helados y copos de nieve revoloteando, es una pena que algunos profesionales adultos no cumplan con su parte del trato.
El guión de Wilson es serio, mientras que las canciones (música de Tom Brady con letra de Brady y Wilson) son extrañamente monótonas y repetitivas, desde el número de apertura, How Do You Do It, en adelante. La coreografía se mantiene mínima y casi estática, incluso en momentos en que la historia exige movimiento, como durante una persecución que involucra un trineo, y ciertamente no hay canciones ni números de baile que detengan el espectáculo.
Como resultado, hay poca captura emocional o asombro cuando la historia debe estar impregnada de ambos elementos. Tampoco hay peligro, incluso cuando el temible oso (George Stanbridge) y el troll (Jack Walter-Nelson) hacen apariciones gruñendo.
Para hacer magia, tienes que en realidad Créalo, nos dicen. Esta fantasía necesita más, para hacerte creer en su magia navideña.




