La violencia en la región ha empeorado desde los golpes de estado en Níger y sus vecinos Mali y Burkina Faso.
Entrenadores militares rusos llegaron a Níger con un sistema de defensa aérea y otros equipos como parte de los lazos de seguridad cada vez más profundos de la nación de África occidental con Moscú, informaron los medios estatales.
El gobierno militar de Níger acordó en enero intensificar la cooperación militar con Rusia, después de expulsar a las fuerzas francesas que estaban ayudando a combatir rebeliones armadas en varias naciones del Sahel.
La emisora Tele Sahel mostró un avión de transporte ruso llegando al aeropuerto de Niamey, mientras informaba el jueves por la noche que “el último equipo militar e instructores militares” del Ministerio de Defensa de Rusia habían aterrizado en la capital.
Rusia ayudará a «instalar un sistema de defensa aérea… para garantizar el control total de nuestro espacio aéreo», según el informe.
La radiotelevisión estatal de Niger dijo en su página de Facebook que 100 instructores militares rusos habían llegado a Niamey.
No hubo comentarios inmediatos de Rusia, que ha estado buscando aumentar su influencia en África, promocionándose como un país amigo sin antecedentes coloniales en el continente.
'Cooperación estratégica global'
Níger, uno de los países más pobres del mundo, había sido un socio de primera línea de Occidente en la lucha contra los combatientes armados en el Sahel, pero ha recurrido a Rusia desde que un golpe de estado en julio pasado derrocó al presidente electo Mohamed Bazoum.
En marzo, Níger decidió revocar su acuerdo militar con Estados Unidos que había permitido al personal del Pentágono operar en su territorio desde dos bases, incluida una base de drones que construyó a un costo de más de 100 millones de dólares.
Estados Unidos todavía mantiene unos 1.000 soldados en Níger, pero sus movimientos han sido limitados desde el golpe.
El jefe del gobierno militar, general Abdourahamane Tchiani, habló por teléfono con el presidente ruso Vladimir Putin en marzo para discutir la “cooperación estratégica global” contra las “amenazas actuales”, dijeron las autoridades en ese momento, sin dar más detalles.
Níger se ha unido a sus vecinos Mali y Burkina Faso –también gobernados por líderes militares después de golpes de estado– para crear una fuerza conjunta para combatir rebeliones armadas de larga data.
La violencia en la región ha empeorado desde los golpes de estado y la inestabilidad ha exacerbado una crisis humanitaria en la región fronteriza con el desierto del Sahara. En marzo, más de tres millones de personas fueron desplazadas allí, dijo esta semana la Organización Internacional para las Migraciones.




