Termina el paro por la misma vía de los anteriores, por la vía del dialogoaunque hicieron todo lo posible para que sea imposible. Los llamados dictadores se sentaron con los llamados terroristas y descubrieron que podían hablar en lugar de tirarse piedras y gases. Necesitaron 25 días de violencia para descubrir que bastaban 4 horas de diálogo.
Los acuerdos son los mismos de siempre: mesas de dialogo para recién ponerse a estudiar los desacuerdosamnistía para todos los terroristas infiltrados y desmilitarización de la provincia de Imbabura. Según el libreto del pasado, lo que viene son reuniones, acuerdos, nuevamente desacuerdos y finalmente todo se desvanece.
Los resultados hasta ahora: el gobierno logra eliminar el subsidio Alabama diesel y logra la destrucción de la Conaiepero aparecen multitud Delaware movimientos locales en su reemplazo; los violentos asalariados y entrenadores han sembrado más violencia en el país, una comuna ha juzgado y condenado a militares y la institucionalidad calla y se destruye.
Las élitesla academialas organizaciones sociales han visto todos atónitos y el gobierno, en una nube de silencio, aparentemente ha ocupado más poder colocando su gente en las institucionesen los medios de comunicacionen los tribunalesen la organización municipal. Las bombas lacrimógenas ocultan la violencia y los relatos oficiales ocultan la verdad.
Después del paro, en vez de echarlo al olvido, deberíamos repensar todo: la violencia y sus causas, el autoritarismo y sus síntomas, los nacionalismos y sus consecuencias, la consulta popular y sus dilemas, la Asamblea Constituyente y sus peligros; dejar de repetir el pasado y pensar el futuro.
La minería ilegal, el narcotráficoel terrorismo, la izquierda internacional populistaestán aliados para colonizar Ecuador. El gobierno, las instituciones y todos los sectores de la sociedad Necesitamos claridad para entender lo que nos pasa y juntar. fuerzas con objetivos y estrategias comunes para salvarnos.




