El presidente sirio Ahmed Sharaa llegó a Washington para una visita oficial, apenas dos días después de que Estados Unidos revocara formalmente su estatus como terrorista global especialmente designado.
El ex militante islamista se reunirá el lunes con el presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, once meses después de que su alianza rebelde derrocara a Bashar al-Assad.
Horas antes de su llegada a la capital estadounidense se anunció que los servicios de seguridad sirios habían detenido a decenas de presuntos miembros del llamado grupo Estado Islámico.
Se espera que los esfuerzos conjuntos para abordar lo que queda del grupo en Siria ocupen un lugar destacado en la agenda durante las conversaciones de Sharaa con Trump.
Las autoridades sirias dijeron que 71 presuntos miembros del grupo fueron arrestados y que también se incautaron armas y explosivos.
Desde que asumió el poder, Sharaa ha buscado restablecer la presencia de Siria en el escenario mundial después de décadas de aislamiento bajo el régimen de Assad y 13 años de guerra civil.
Viajó a Estados Unidos en septiembre para dirigirse a la Asamblea General de la ONU, donde dijo que Siria estaba «reclamando el lugar que le corresponde entre las naciones del mundo» y pidió a la comunidad internacional que eliminara las sanciones.
A principios de esta semana el El Consejo de Seguridad de la ONU respaldó una resolución de EE.UU. para levantar medidasque coincidió con la continuación de un proceso de meses de duración por parte de Washington para aliviar gradualmente las sanciones contra Siria y sus nuevos líderes.
El viernes, Sharaa y su ministro del Interior, Anas Hasan Khattab, fueron eliminados de un registro estadounidense de personas sospechosas de apoyar o financiar a grupos extremistas, una decisión que el Departamento del Tesoro dijo fue «en reconocimiento del progreso demostrado por el liderazgo sirio».
Sharaa figuraba en la lista con el nombre de Muhammad al-Jawlani, el alias que utilizaba como líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS). El grupo estuvo afiliado a Al Qaeda hasta 2016, cuando Sharaa rompió sus vínculos.
Antes de liderar HTS, Sharaa luchó para Al Qaeda en Irak y estuvo durante un tiempo encarcelado por las fuerzas estadounidenses. También estuvo sujeto a una recompensa estadounidense de 10 millones de dólares.
Estados Unidos levantó sus sanciones a HTS a principios de este año.
Trump se reunió previamente con Sharaa en mayo durante una visita a Riad, donde lo describió como un «tipo duro, con un pasado muy fuerte».
A pesar de sus antecedentes, Sharaa ha obtenido el respaldo de gobiernos que se opusieron al régimen de Assad al prometer liderar un gobierno moderado que pueda ganarse el apoyo de los diversos grupos étnicos y facciones de Siria.
A principios de este año, prometió erradicar a los elementos de sus fuerzas de seguridad que estaban acusado de ejecutar a miembros de la minoría alauita de Siria.
En los últimos meses también ha estallado una violencia mortal entre combatientes tribales beduinos suníes y milicias drusas, lo que plantea dudas sobre si el gobierno liderado por HTS puede restaurar la estabilidad en un país definido por la guerra durante más de una década.
