La segunda medalla de Cuba en la Sordolimpiada de Tokio llegó gracias a Suslaidy Giralt, tras concluir segunda en el triple salto, con marca de 12,60 metros, detrás de la ucraniana Yuliia Matviievska (13,07). Completó una secuencia muy estable, sin faltas y con solo un intento por debajo de los 12 metros.
De esta manera, ya acumula una docena de preseas a lo largo de su participación en este tipo de certámenes, la máxima cantidad individual en el total, según detalló Jit.
Esta atleta, cercana a las cuatro décadas de vida, resaltó al medio digital su felicidad por obtener una medalla, más allá del color. Espera retener la corona en otra de sus especialidades más fuertes, el salto de longitud, el próximo lunes, aunque reconoció cómo el clima influye en el desempeño de la delegación.
JUAN FRANCISCO CENTELLES, UNA GLORIA SE DESPIDE
La nota triste de la jornada fue la muerte de una persona fundida en la historia del salto alto de la Isla. En 1983, mientras Javier Sotomayor construía su leyenda desde las categorías cadetes, Juan Francisco Centelles conquistó las cumbres en los Juegos Panamericanos de Caracas.
También impuso múltiples récords nacionales, con registros por encima de 2,30 metros. Venció en los Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana-1982 y en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, un cuatrienio más tarde. En 1985 resultó subcampeón en los Juegos Mundiales Universitarios celebrados en Kobe, Japón.
Tras su retiro, Centelles preparó a jóvenes como Luis Enrique Zayas, doble monarca panamericana y cuarto lugar en un certamen del orbe. Este miércoles realizó su último salto al cielo, con 64 años.




